martes, 22 de abril de 2008

Alerta: Madereros asesinan a un buen hombre en Madre d Dios

CARTA ABIERTA A LA OPINIÓN PÚBLICA, POR LA MUERTE DE JULIO GARCÍA AGAPITO, TENIENTE GOBERNADOR DE ALERTA – TAHUAMANU – MADRE DE DIOS – PERU.

“…Esta herencia se manifiesta muchas veces frágil e indefensa ante los poderes económicos y tecnológicos. Por eso, como profetas de la vida, queremos insistir que en las intervenciones sobre los recursos naturales no predominen los intereses de grupos económicos que arrasan irracionalmente las fuentes de vida,…” Doc. Final de Aparecida Nº 141

VICARIATO APOSTOLICO DE PUERTO MALDONADO – PERU

En la ciudad de Puerto Maldonado, los 11 y 12 días de Abril de 2008, reunidos en Asamblea Pastoral, todos los Agentes de Pastoral (Párrocos, sacerdotes, religiosos, religiosas, misioneras seglares, comisiones pastorales de Pastoral Social: Pastoral de Derechos Humanos, Pastoral Educativa, Pastoral de la Salud, Pastoral Juvenil, Pastoral Carcelaria, Pastoral de Medio Ambiente, Pastoral Juvenil, Pastoral Familiar) de las Parroquias de “Santa Rosa de Lima” de Iberia, “Nuestra Señora del Rosario” de Puerto Maldonado, “Santa Cruz” de Puerto Maldonado, “ San Vicente Paúl” de Puerto Maldonado, “Nuestra Señora del Carmen” de Mazuko y “Virgen de Fátima” de Quincemil, presidida por Mons. Francisco González, Obispo del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado;

Primero: Expresamos nuestra profunda condolencia y solidaridad fraterna a los familiares y vecinos, sobre todo, a la Sra. Usmilda Rozambite Araujo, ahora viuda de JULIO GUALBERTO GARCIA AGAPITO, Teniente Gobernador del Centro Poblado Menor de Alerta, quien fue asesinado a sangre fría con ocho tiros de bala por uno de los traficantes de madera ilegal en el centro poblado menor de Alerta, ubicada a 101 Kms de la carretera Puerto Maldonado – Iñapari, ahora carretera interoceánica.

Segundo: El Centro Poblado de Alerta es una comunidad cristiana de la Parroquia de Iberia, y este repudiable hecho ocurrió el día 26 de febrero, en circunstancias en que el puesto de control de INRENA (Instituto Nacional de Recursos Naturales) de Alerta, al haber intervenido a un camión cargado con madera caoba, de procedencia ilegal y traída de la frontera de Bolivia, solicitó, como muchas veces, el apoyo del Teniente Gobernador, Sr Julio Gualberto García Agapito para darle legalidad al hecho; como siempre él disponible, y como representante del gobierno, acudió a la intervención; y los dueños de la madera, lo golpearon y él buscó refugiarse en el local de INRENA, mientras el dueño de la madera se fugaba con el camión, teniendo que dar en persecución el único policía, que se encontraba en ese momento de la intervención, y aprovechando esta oportunidad uno de los traficantes de madera ilegal y, ya con varios antecedentes judiciales por el mismo delito, sacando una pistola no dudó en dispararle en la cabeza ocho tiros, ante la mirada estupefacta de los técnicos de INRENA y después de amenazarles a los presentes diciendo: “Que nadie hable y sepan que así mueren los soplones y los vamos a continuar matando…” y cogiendo una motocicleta se fue tranquilamente pasando por el mismo puesto de control de la Policía Nacional, que se encuentra a escasos metros del crimen. Después de 33 días del suceso, recién la Policía Nacional (Devincri) ha podido elevar el atestado policial a la Fiscalía para que legalmente se pueda proceder a la orden de captura del criminal; pero que a la fecha está como no habido.

Tercero: Julio G. García Agapito, era una persona con una opción clara por el cuidado del medio ambiente y siempre luchó para que la madera no sea extraída de manera irracional y sin ningún control, jamás había caído en la tentación de recibir coimas; pero era un solitario en su opción, sabía él que estaba amenazado de muerte si continuaba con este trabajo, de hacer respetar y cumplir la ley forestal como aliado de Inrena; sabía también que los más beneficiados con esta extracción y venta ilegal de la madera no eran los pequeños madereros o agricultores, sino los grandes concesionarios madereros que gozan del permiso para extraer y transportar legalmente la madera y que tienen mucho poder e influencias en las más altas esferas del poder del Estado; a pesar de eso, continuó con su opción hasta encontrar la muerte, de la manera más cobarde, propia de las mafias organizadas.

Cuarto: Nosotros como Iglesia del Madre de Dios, en consonancia con el último documento de Aparecida (V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y de El Caribe) “…Por eso, como profetas de la vida, queremos insistir que en las intervenciones sobre los recursos naturales no predominen los intereses de grupos económicos que arrasan irracionalmente las fuentes de vida,…” Aparecida Nº 141. Expresamos nuestro repudio e indignación por este crimen que clama justicia hasta al cielo; al mismo tiempo, exigimos a las instancias del Estado, que este hecho no quede impune como tantos otros, sino que se haga justicia, porque este hermano trabajaba y representaba al gobierno sin obtener ninguna remuneración del Estado; es más él ya había solicitado garantías para su vida ante las amenazas, pero no fue escuchado.

Finalmente, La Iglesia, como heredera de la palabra de Jesús: "Vine a traer la vida y vida en abundancia” (Jn.10,10), tiene la vocación de ser la guardiana de la vida, en todas sus dimensiones, y salvaguardia de todo el rebaño. Al mismo tiempo, también, es parte de nuestra sagrada misión el “cuidado de la creación” como la madre naturaleza y, por ende, el cuidado de la amazonía; esta amazonía que está siendo cada vez más devastada de manera irracional y egoísta, sin pensar en la vida de tantos hermanos nuestros que vendrán a poblar después de nosotros; por eso, parafraseando a Aparecida, expresamos como profetas de la vida, el respeto y predominio de la vida humana y ecológica ante todo interés económico.

Pto Maldonado, 12 de abril de 2008

Mons. Francisco González Hernández, OP, Obispo de Puerto Maldonado

P. Daniel Wankum Vigil, OP. Párroco de Puerto Maldonado

P. René Salízar Farfán, Pbro., Párroco de la Provincia de Tahuamanu

P. Martín Quispe, Pbro., Párroco de la Provincia del Manu

Siguen Más firmas de todos los Párrocos, sacerdotes, religiosas, religiosos, seminaristas, laicos comprometidos con su comunidad eclesial.